Descripción
Coordinadoras: Hiroko Asakura y Marta W. Torres Falcón
La vida de las migrantes centroamericanas transcurre entre dos fuegos. Con mayor o menor intensidad, las llamas de la pobreza, la desigualdad social y la violencia expulsan a las mujeres a la flama de la incertidumbre en un trayecto saturado de obstáculos y dificultades. El camino está lleno de brasas ardientes; el miedo y la confusión se funden en una cotidianidad cuyo único objetivo —inmediato y alcanzable— es la supervivencia.
Los viajes fragmentados y las múltiples escalas, cuya duración no puede encasillarse en los parámetros temporales conocidos de meses o años, son tan sofocantes como la lumbre. En esos senderos, siempre intrincados y confusos, la presencia permanente de la violencia es una hoguera inconfundible, que convierte en cenizas la precaución más puntillosa y el sigilo ensayado de cada movimiento. Violencia inevitable y paradójicamente invisible. Condenada por la legislación, los instrumentos internacionales de derechos humanos y las políticas públicas sobre migración, la violencia es también naturalizada.